miércoles, 27 de marzo de 2013

Las personas mueren...

La muerte, algo que siempre está ahí, un hecho que sabemos que algún día nos acontecerá y que marca el sentido efímero de nuestra vida. No sabemos cuando llegará, pero esperamos tener una vida larga y feliz.

Pero aquí no. Aquí la muerte está de verdad presente, día a día, en cada familia, en cada rincón.

Con las lluvias llega la época del cólera. Tuvimos algunos sucesos graves en un pueblo cercano. La gente, a causa de su gran desconocimiento, creía que los líderes comunitarios traían el cólera para eliminarlos. Mataron a palos a uno de ellos y una semana después hubo revueltas...

Pero eso pasó; pasó el miedo inicial y la inseguridad, pasaron los chismorreos y la gente volvió a la cotidianidad...pero las muertes no de dejaron de pasar.

Por cólera o por cualquier cosa la gente se muere cada día. Mayores y niños, lo mismo da. Los hospitales no dan a basto y tampoco tienen los medios, ni su personal los conocimientos, para hacer frente a todo. La gente está mal nutrida y débil. En época lluviosa no hay verduras ni frutas, así que comen chima o con suerte arroz con algo de mandioca o si hay suerte algún pescado. Y lo normal será comer una vez al día. Enferman, de los que sea: un refriado, diarrea, vómitos, dolor de cabeza, lo que sea. Y en pocas horas mueren para sorpresa de sus familiares y vecinos que un día antes les habían visto bien. 

No hace mucho estaba en la oficina y a Ame, uno de las personas de Mecufi que colabora mucho con nosotros siempre, le llamaron por teléfono. Había muerto una nieta suya de 4 añitos... La había visto hacía dos días y estaba bien. Solo se quedó serio...de hecho me fui y al volver seguía con el ordenador haciendo unas cosas con Julio, nuestro técnico, como si no hubiera pasado nada. Dos semanas antes se le había muerto una hija de 20 años...

Una semana antes de eso el pedreiro  me había llamado para que hiciera de "ambulancia" para su hijo. Le puse alguna excusa pero se plantó en la oficina pidiéndomelo por favor de nuevo porque no había ambulancias. Al final accedí. Me impactó mucho ver el estado lamentable en el que se encontraba su hijo... Parece que tenía diarrea pero probablemente estaría hiper deshidratado y por eso ni se tenía en pie sentado... Vivió, él tuvo surte. Pero fue toda una historia... por protocolo de seguridad no puedo llevar a ningún herido o enfermo porque si le pasara algo en el coche la que no sobreviviría sería yo.

Tampoco puedo dar dinero bajo ningún concepto, algo lógico y razonable. Pero cuando estoy en la obra y llega Muathi con Florinda (la bebé de las fotos que llevo en la capulana) con los ojitos pegados porque está malita, qué hago?

- La tienes que llevar al hospital
- No tengo dinero
- Muathi, la consulta cuesta 1 metical
- Ya pero las medicinas no...

Y te quedas ahí, con tu cara de pasmada, sin saber que más decir. En ningún momento me pidió dinero, tampoco hubiera hecho falta verbalizarlo... No podía hacer nada. Le intenté explicar lo que era la manzanilla por si la conocía y había por aquí para que le lavara los ojitos y le aliviara... Busqué en casa por si Marta tenía entre sus tés pero nada... Así que esa fue mi gran aportación a la salud de la bebe que me alegra cada mañana en la obra. 

Sin embargo yo tengo infección de orina y le puedo dar dinero al motorista para que me traiga medicinas y naranjas de la ciudad y recuperarme enseguida. 

Así de injusta es la vida...

Y ya no me duele solo la falta de medios... es la falta de TODO! No saben nada... me puse mala con anginas y la secretaría estaba empeñada en que era por haber comido pescado... Y es una persona formada, que vive en la ciudad, de familia asentada... qué les voy a pedir a los de Mecufi?!? En serio, les falta sangrar a la gente como en la edad media... qué pena!

Suena muy sarcástico pero es que cuando analizas como están las cosas te parecen hasta son pocas las desagracias que suceden. Y suceden. Todos los días los de la obra, los técnicos o alguna persona de la comunidad nos dice que ha fallecido alguien: sobrina, nieta, cuñada... Vas por la aldea y ves grupos de gente cerca de alguna casa y ya sabes que ha ocurrido... 

Al final increíblemente deja de sorprenderte... Si yo conociera a toda esa gente creo que me moriría de pena... Pero tristemente ellos están tan "acostumbrados" que solo rezan para que este año no se lleven muchos de su familia...porque dan por hecho que alguien cercano se va a ir.

Es un problema grave que necesita de ser enfrentado por muchos puntos y que no solo se arregla con unos millones donados. Pero no me voy a poner a discutir eso ahora.

Me quedo con la importancia de la vida, con esa sonrisa que nunca pierden aunque vengan de un funeral y pido que nosotros, los afortunados, nos sintamos de verdad agradecidos y aprendamos de su capacidad de enfrentarse día tras día a la vida.

Um beijo

No hay comentarios:

Publicar un comentario