martes, 6 de noviembre de 2012

Viaje a ILHA DE MOÇAMBIQUE

Después de una ajetreada y loca mañana en la oficina nos marchamos corriendo para el cruce, donde habíamos quedado con Mónica, Salvi, Anna y Uda para comenzar el trayecto de 5 horitas. Antes de que se nos hiciera de noche pudimos disfrutar de la puesta de sol…bonito bonito!

Puesta de sol


Para llegar a la isla (aparte de en barco) puedes cruzar un puente que, con mucha lógica, construyeron de un solo carril, es decir, de forma que sólo cabe un coche y tiene unos pequeños ensanches para poderte parar a esperar a que pase el otro…lo ideal para salir y entrar con facilidad! 


Puente que comunica el continente con la isla


Cuando llegamos fuimos a dejar las cosas al sitio donde nos quedábamos y algunos se ducharon aprovechando el agua calentita! El sitio estaba muy bien acondicionado. Algunos dormíamos en una habitación muy grande y otros en una buhardilla. Tiene un patio interior y una terraza increíble donde terminamos la noche.

Subida a la terracita




Jungando unas damas 

Esa noche ya nos reunimos con Laura (amiga de esta gente que ahora vive en Tete) y con más gente de Nampula que suelen ir por allí porque les pilla cerquita. Estuvimos cenando en una local que tenía una terracita donde se estaba genial (y donde éramos todos blancos, como casi siempre) y luego marchamos a una discoteca al otro lado de la isla. Estaba bastante llena y para variar había gente local (los que pasaban la criba de 50Mt de entrada). Creo que es lo más parecido al concepto de fiesta que tenemos que voy a catar por aquí y pude bailar bastante…aunque se notaba la paliza de madrugar, currar, etc y sobre las 4 nos fuimos a dormir.

Al día siguiente nos lanzamos a la calle cuando tan solo eran las 10 pero ya caía un sol demoledor. La cuidad es muy bonita y la pena es que la mayoría de los edificios están muy abandonados y necesitarían de una restauración... Vas caminando y te encuentras casas que están medio derruidas con telas colgadas de la gente que vive dentro. Hay unos barrios donde las casas están por debajo del nivel del suelo porque de ahí es de donde los portugueses sacaban la tierra para sus construcciones. Ahora esas casas, hechas con los sistemas tradicionales, se inundan cada vez que se pone a llover…

En general todo tiene bastante encanto aunque se nota mucho el paso del turismo y como la gente ya está muy acostumbrada a ver blancos y a pedir. A nosotros se nos unió un niño que empezó espontáneamente a hacernos de guía! La verdad es que no lo hizo nada mal así que al final se llevó su propinilla. Estuvimos viendo la fortaleza, que está un poco abandonada pero han reformado la cubierta de manera que con los faldones pueden recoger el agua de lluvia; el antiguo hospital, solo lo vimos por fuera; y también visitamos un par de museos. Ahí tuvimos guía y Sergio no paraba de hacer preguntas absurdas…al final era imposible no reírse y creo que el guía empezó a pillar el humor…la verdad es que tuvo paciencia el hombre. Cuando paseamos por el parque dio la casualidad que había un mercado y algunas actuaciones de unas niñas!


El hospital y otro edificios coloniales

Barrio de casas tradicionales siempre con riesgo de inundarse 


Rehabilitación de la casa que será para el administrador (ojito con el andamio!)


La Fortaleza


Vista de arriba de la Fortaleza (sistema de recogida de agua de la cubierta)


Paseando

Todo tiene encanto



Mercado (¿¿a alguien le suenan??)


Desde cualquier rincón disfrutas del mar


El parque de Ilha


Después de comer en una barraca, donde tardaron más de dos horas y pico en ponernos la comida, tuvimos que salir corriendo los cuatro que cruzábamos en barco porque se nos hacía de noche y bajaba la marea. Ese día ya dormíamos en unos bungalows al otro lado (en el continente) para ir a bucear el domingo temprano. Como Mónica y yo nunca habíamos estado escogimos la barca que era más original que el coche. Fuimos con dos chicos que están de profes de la Universidad en Nampula (Carlos y Manuel) que también se quedaban con nosotros en los bungalows. Total, que bajó la marea y a unos cuantos (MUCHOS) metros de la playa nos quedamos ENCALLADOS! Pues nada, al agua! Comenzamos a caminar mientras la noche ya se cernía sobre nosotros. Menos mal que teníamos una fantástica luna guiándonos, y uno de los barqueros jejej que si no… Cuando se acabo la playa tuvimos que atravesar el manglar…todo eso descalzos porque sino el fango se tragaba las chanclas! Yo di un traspiés y metí la pierna hasta casi la rodilla! Pegué un grito que casi los mato del susto…
Vaya aventura…al final ya no iba ni tan asustada ni tan agobiada y pude disfrutar de hablar más tranquilamente con estos chicos de su trabajo y conocerlos un poco mejor gracias el paseo… pero lo más increíble es que después del barco y de casi una hora andando aun llegamos antes que los del coche!! 


Descansando en la hamaca de los bungalows después del paseito. Qué gozada!!

El resto de la noche (después de un buen duchazo) fue bastante más tranquilo y ya en la cena empezamos a organizar la velada! Sergio, como siempre tan ‘sembrao’, empezó a hacer una "matriz de la velada" estableciendo el objetivo principal (“confraternizar y estrechar lazos entre las comunidades de Nampula y Cabo Delgado”), las actividades (beber, jugar, bañarnos en la playa a las mil…), los indicadores (“antes de las 3 debe haberse acabado tanto”) y así todo jajajaj una pena no haberlo dejado por escrito!

Al día siguiente nos levantamos para ir al Coral Lodge que es como un hotel de pequeñas casitas de lujo justo en una entrada del mar en la playa donde hay millones de peces que poder observar!!! Nosotros al final desayunamos allí en el restaurante pero se supone que se puede ir sin pagar y no te prohíben entrar (no se si dependerá de tus pintas, claro). La verdad es que estuvo muy chulo! Nos dijeron que había corales y nos fuimos a recorrer la playa en su busca pero después de andar y andar un pescador nos dijo que no…así que le pedimos boleya (es como hacer autostop para que te lleven) y a mi consiguió llevarme más cerca de la playa pero Anna y Sergio cuando intentaron subirse en la otra barca comenzó a hundirse y volvieron nadando… La barca no era más que un cayuco y cada vez que me movía una chispa parecía que volcábamos… de aventura en aventura… 

Playita del Coral Lodge

Buceando

No metimos ‘entre pecho y espalda’ un desayuno increíble (de lo pijo y de lo rico) y volvimos a los bungalows para recoger y comenzar la vuelta… Los chicos de Nampula se habían quedado durmiendo y cuando llegamos no estaban así que tuvimos un poco de confuçao (Laura se volvía con ellos a Nampula) y cuando aparecieron pudimos salir…tan solo eran las 15 de la tarde…casi una hora pico más tarde de lo que queríamos…

La ultima desgracia fue que se me rompieron las gafas!! Se soltó el puente de una de las lentes sin hacer yo nada!! La suerte fue que estos chicos son ópticos y como en Pemba no hay nada se las han llevado ellos para arreglarlas en la Universidad o ir a una óptica allí…

Así que muchas muchas cositas en poco más de 48 horas! Turismo, aventura, buceo…pero sobre todo muchas risas!!

Beijos!!



No hay comentarios:

Publicar un comentario